El nido vacío
Así se ha quedado mi casa, como un nido vacío, toda desordenada y silenciosa.
Tras varios meses de confinamiento por este dichoso covid19, después de horas y horas de hijos pegados a sus ordenadores y libros, recibiendo clases virtuales para hacer sus exámenes,
Horas y días peleando entre ellos por los espacios, por los silencios, por la tele o el sofá, por el ultimo helado de chocolate o un resto de jamón serrano que llevaba ahí dos días y ya no está... ahora todo es silencio.
Atrás quedan mis escrutinios de todas las web del mundo mundial marcando pisos como favoritos en distintas paginas de alquiler de vivienda. Midiendo distancias con maps, vigilando que hubiera medios de transporte para llegar a sus clases, o si se podían evitar estos para minimizar los contagios tanto mejor.
Todo eso ya esta rodando. Pato1 y Pato 2 salieron del nido a sus nuevos alojamientos, mas felices que dos perdices pensando en su nueva normalidad lejos de casa, horarios o hábitos paternos.... lejos de nosotros.
Por suerte nos tenemos el uno al otro para aunar esfuerzos, desahogarnos y por que no, para intentar disfrutar de nuestra reciente soledad.
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